Para entender el fenómeno de los memecoins debemos remontarnos al año 2003.
En el año 2003 Christopher Poole fundaría el foro anónimo 4chan, lugar que rápidamente se convertiría en el epicentro de la creación y difusión de memes en internet.
4chan, que promovía la libertad de expresión gracias a su naturaleza anónima vería nacer algunos de los memes más icónicos y virales de la historia como “Pepe the frog” o “Doge”.
La mayoría de los memes que hoy son parte de la cultura popular nacieron en 4chan.
Ese entorno con tintes anárquicos era la receta perfecta para la innovación cultural que sirvió como base para lo que sería el fenómeno de los memecoins.
El nacimiento de los memecoins
Con el auge de Bitcoin, lanzado en 2008, comenzaron a surgir varias altcoins que ganaron fuerza gradualmente.
Entre ellas, en 2013, los ingenieros Billy Markus y Jackson Palmer decidieron crear Dogecoin (DOGE).
DOGE marcó un hito al convertirse en el primer meme con un token.
Lo que empezó como una broma inspirada en un meme se transformó en un fenómeno cultural que en 2021 alcanzó un market cap de 73 mil millones de dólares.
Para contextualizar este logro, comparemos el market cap máximo de DOGE con el de algunas compañías importantes:
- Honda: 51 mil millones de dólares.
- Adidas: 42 mil millones de dólares.
- Banco Santander: 37 mil millones de dólares.
Esto demuestra el impacto significativo y el potencial económico que los memecoins pueden alcanzar en el mercado financiero.
¿Qué son los memecoins?
Los memecoins son una categoría de criptomonedas, que a diferencia de las tradicionales como Bitcoin, Ethereum o Solana, no cuentan con ningún caso de uso más allá del entretenimiento y el humor.
Estos tokens están inspirados en memes o tendencias de internet y su valor suele estar asociado a su capacidad de generar viralidad y a sus comunidades.
Un cambio de paradigma en la generación de valor
Desde un punto de vista filosófico, los memecoins desafían el concepto tradicional de valor económico.
En la economía clásica, el valor de un activo está asociado a su utilidad, pero los memecoins nos han demostrado que la “atención humana” es lo suficientemente fuerte para generar valor.
Esto implica un cambio de paradigma.
Para muchas personas este concepto es difícil de entender, pues pone en entredicho todo lo que hemos aprendido de economía a través del tiempo.
Sin embargo, ejemplos como Dogecoin, Shiba Inu, Pepe o Bonk, entre otros, han demostrado que la atención puede crear valor tangible.
Los memecoins logran movilizar masas y crear comunidades con su capacidad de capturar el interés colectivo.
La atención se está convirtiendo en la nueva moneda, un recurso cada vez más escaso que genera valor de maneras antes inconcebibles.
Esta dinámica marca una tendencia hacia un futuro de inversión donde los factores sociales y culturales juegan roles cada vez más importantes.
Entender y adaptarse a estos cambios es esencial para aprovechar las nuevas oportunidades y mantenerse relevante en un mundo financiero en constante evolución.
No luches contra la cultura
Y en este momento tienes dos opciones.
Resistirte a la cultura y seguir pensando que el mundo funciona de la misma manera que funcionaba hace 10 años, o abrazar estos cambios y tratar de entender los nuevas formas de generación de valor en un mundo que avanza a ritmos cada vez más frenéticos.
Adaptarse a fenómenos como los memecoins no solo abre puertas a oportunidades de inversión innovadoras, te ayuda a mantenerte actualizado en una economía impulsada por la tecnología.
¿La clave? mantener una mentalidad abierta, ser curioso y nunca parar de explorar.
No luches contra la cultura; en su lugar, deja que te guíe hacia el futuro de la generación de valor.